Al cumplir 105 años, nuestra Fuerza ratifica su dominio en los cielos de la Patria, misión que ejerce con determinación y contundencia, al volar, entrenar y combatir para vencer. Gran parte del éxito en este propósito nacional ha sido forjado por la defensa aérea, que cumple 35 años al servicio de los compatriotas.
Desde 1989, con la creación de esta importante capacidad, nos hemos fortalecido como garantes de la soberanía en las alturas y líderes referentes en el hemisferio. La lucha contra el narcotráfico y la violencia nos llevó a sumar tecnología, aeronaves, cooperación internacional y todo un equipo humano dedicado al deber y al servicio.
La instalación del primer radar militar en el Comando Aéreo de Combate No. 1, junto al primer curso de controlador aéreo para Oficiales en la Base de Tyndall, en EE. UU, nos brindó un impulso inicial y determinante en esta capacidad. A ello, le siguió en 1990 la preparación de un personal como instructores en defensa aérea por el Escuadrón 140 de la USAF y la entrada en operación de dos radares más en Apiay, Meta, y Malambo, Atlántico; en 1991, la creación de una instancia organizacional especializada en ese asunto y un nuevo radar en San Andrés; además, en 1992, la instalación de los radares en Riohacha y Leticia.
A finales de los años 90 y en la primera década de 2000, se emplazaron radares en San José del Guaviare, Guaviare; Marandúa, Vichada, y Tres Esquinas, Caquetá, se unieron las aeronaves SR-560, se creó nuestro centro de comando y control y se integraron en un solo sistema los radares civiles y militares. En este devenir, el 2003 marcó un hito fundamental: la firma del convenio Air Bridge Denial, ABD, con Estados Unidos, el cual nos ha fortalecido hasta blindar en un 99 por ciento los cielos de Colombia. Acuerdo declarado por dicho país, como el de mayor éxito para la reducción del movimiento aéreo ilegal firmado hasta ahora, con otra nación.
La experiencia, junto a los ejercicios de interoperabilidad, los éxitos contra el narcotráfico y una cooperación más dinámica, nos permitió a partir de 2019, impulsar la Estrategia Zeus. En aquel año, las trazas sobre Centroamérica y el Caribe llegaban a 250, para octubre de 2024 sólo se han registrado 7.
En perspectiva, este modelo ha resultado exitoso a lo largo de su operación: ha apoyado la incautación de más de 230 toneladas de cocaína, la destrucción de 14 pistas no registradas y la captura de más de 320 individuos vinculados con el crimen transnacional. Impactos que, sumados a otros índices como aeronaves y embarcaciones afectadas, equivale a más de USD 7.600 millones menos para las economías criminales. Actualmente, Zeus es una estrategia multinacional que se extiende también al Amazonas y el Pacífico, permitiéndonos ser, a la par, formadores de capacidades para nuestros aliados en el marco del Plan de Acción Conjunta de Seguridad Regional, USCAP.
Los Procedimientos Operacionales Vigentes, con Ecuador, Guatemala, Honduras, Perú y República Dominicana; los memorandos de entendimiento con Belice, El Salvador, México y Panamá; la Norma Binacional de Defensa Aérea con Brasil; así como, el acuerdo ABD y otros más que se encuentran en proceso de perfeccionamiento, nos hacen un poder aéreo y espacial determinante para los más altos intereses del Estado. Combatir con total oportunidad y contundencia el crimen transnacional en Colombia, al igual que en la región y el hemisferio, expresa con absoluta convicción estos propósitos.
Al completar más de un centenar de años en vuelo, nuestra Fuerza Aeroespacial Colombiana se enorgullece de tener una defensa aérea que alcanza 35 años de laureles, vigentes en sus aportes al Estado de derecho, al imperio de la ley y a sociedades más seguras. A los pilotos, tripulaciones, militares y funcionarios civiles que proyectan esta capacidad desde Bases Aéreas y demás instancias que le permiten cumplir su misión, total reconocimiento y gratitud: su arduo trabajo representa la visión más amplia de la soberanía nacional. ¡Ad Astra!